Bill despertó decidido a hablar con su hermano. Se sacó
las cobijas del cuerpo y lentamente caminó hacia la habitación de su hermano,
en donde estaba la puerta abierta y él, estaba aún dentro de la cama, con las
cobijas hasta el cuello, suspirando levemente. Bill no quiso salir de la
habitación, por lo que entró más al fondo de la misma y tomó lugar en los pies
de la cama, y observó a Tom dormir, dispuesto a quedarse ahí hasta que
despertara. Aún era temprano, las ocho en punto de la mañana, y sabía que Tom
no despertaba a esas horas, pero aún así no quiso desistir.
Se quedaba dormido cuando su hermano se sentó y lo miró
realmente confundido; Bill levantó la mirada y sonrió aliviado cuando lo miró
despierto, y antes de que Tom pudiera emitir alguna palabra o sonido
cuestionarte, Bill sonrió, y se acercó a él, dispuesto a hablarle, aunque le
costara más bien un huevo tener que pararse con valentía.
- Quiero hablarte.- había roto el hielo, y aunque a Tom
le costara estar frente a su ahora extraño hermano, se quedó en silencio,
dejándole hablar. –No quise besarte… bueno, sí quise… emm…- se lamió los
labios, nervioso. –No quise besarte sin tu consentimiento, perdón… no voy a
hacerlo otra vez, ¿sí?
- Ajá.
- ¿Le vas a decir a papá y mamá?
- Tengo que hacerlo.- la cara de Bill se deformó.
- ¿Por qué?
- Porque no es normal.
- Perdón, yo no sabía que no podía hacerlo.
- ¿Te gusto Bill?
- ¿Eh?
- ¿Te parezco… de alguna forma apuesto?- Bill se quedó en
silencio, sin entender demasiado las palabras del mayor.
- ¿Que si me gustas para darte besos? ¿Así como me
dijiste con (tu nombre)?
- Exacto. ¿Te parezco una persona para darle besos?
- ¿Eres mi hermano o no?- Tom se lo pensó un poco,
conocía a su hermano.
- Eso no importa, sólo dime.- Bill bajó la mirada
nervioso, jugando con sus uñas; de pronto sintió su respiración agitada y el
corazón golpeándole el pecho. –Bill.- el menor levantó la mirada a los ojos de
su hermano.
- Sí.
- ¿Sí qué?- de nuevo se produjo el silencio.
- Creo que sí eres lindo para darte besos.- Bill sonrió,
y por otra parte, Tom se sintió completamente preocupado por su hermano. -¿Y
yo, Tom?
- ¿Tú qué?
- ¿Te parezco lindo para darnos besos?
- Vamos, Bill.
- ¿Qué?, ¿sí o no?
- Somos hermanos.
- ¿Te gusto o no?- dijo Bill, molesto.
- No, no me gustas.- el menor bajó la mirada,
decepcionado.
- ¿Estoy muy feo, Tom?- el de rastas entornó los ojos,
cansado de Bill.
- No, no eres feo, ¿sí?, sólo no me gustas, a mí me
gustan las mujeres, también deberían gustarte.
- Está bien…- bajó la mirada. – ¿Puedo… puedo darte un
beso por última vez?
- No.
- Uno chiquito, en la mejilla.
- Dale, pero después te vas y jamás vuelvas a pedir una
cosa así, ¿bien?
- Bien.
- Promételo.
- Lo prometo.- Tom asintió, y se quedó ahí, viendo como
su hermano menor se aproximaba a su cara, con los ojos bien abiertos. Le besó
en los labios, abriendo los suyos ampliamente; le apretó las mejillas a Tom,
obligándolo a entreabrir levemente sus labios, suficiente para que la lengua de
Bill entrara y pequeños gemidos salieran de sus labios. Tom le tomó el pecho a
Bill, obligándolo a separarse, pero Bill, con más fuerza, se pegó a su hermano
y siguió besando sus labios; bajó su delgada mano a los pantalones de su
hermano y con poca dificultad llegó a su entrepierna, tocándola desde la base a
la punta, concentrándose en ella.
- Hmm…- Tom sacó un gemido inconsciente, aún luchando
porque el menor lo dejara en paz. –B-Bill… aléjate…hmm, ¡quítate!- Bill volvió
a los labios de Tom, mientras bajaba los pantalones del mayor y lo dejaba a su
completa vista, para darle placer con más facilidad. Bill quitó sus pantalones
y obligó a Tom a abrir sus labios.
- Métetela…- Tom negó, desesperado.
- Déjame…hmmm ahfgg…- metió su pene en la boca de Tom y
comenzó a moverse con delicadeza, ahogando a su hermano.
- Abre las piernas, Tom…- lucharon un poco, Tom dándole
patadas a Bill en el estómago para alejarlo, y Bill, abriéndole las piernas,
hasta darle enterrarle las uñas en los muslos, y Tom perdió esa pequeña
batalla. Bill se lamió los dedos hasta dejarlos completamente empapados y los
metió por la entrada de su hermano.
- ¡Bill...hmm, duele Bill...! Mierda… dejamee, por favor…- el dolor hizo más débil a
Tom, sin contar la excitación forzada y que estaba adormilado. Bill sacó los
dedos y con delicadeza buscaba con su pene en la entrada de Tom, quien se
revolvió con miedo y rasguño la cara de Bill para que le dejase en paz.
-¡Déjame!... por favor, Bill…hmm- el menor encontró la entrada y metió su pene
sin avisarle, abriéndole la entrada a Tom para tener más capacidad de entrar.
La cara de Tom estaba roja por completo, incluso lloraba del dolor, y temblaba,
por lo que se veía incapaz de hacerlo parar. –Hmmm…ahh… ahhh, Bill… por favor…
¡Bill!
- Ahh, ahh…- se movía con rapidez, acariciando a su
hermano, concentrándose en los testículos y el pene, masajeando. Tom se tapo la
cara, gimiendo y gritando con dolor. –D-dime si así no te gusto, Tom… ¿te gusta,
no?...hmm…
- ¡Déjame, Bill! hmmm ¡BILL!... por…por favor…- tomó
fuerzas, e intentó gritar fuerte para que sus padres le escucharan y le
ayudaran. -¡AYÚDENMEEEE!
- No grites… mírame, Tom… mírame…- le impresionaba la
fuerza que tenía su hermano menor, le impresionaba que se viera incapaz de
moverse bajo su peso. Bill salió de su hermano, quien se sentó para huir, pero
Bill lo puso bocabajo, aplastándole con todo su peso. –hmm- le abrió el trasero
a su hermano y comenzó a lamer su entrada, y meter dos de sus dedos ahí. –Estás
sangrando, Tom… sólo un poco…hmm…- al escuchar eso, Tom se revolvió con fuerza.
- Déjame… por favor, hermano…- penetró a su hermano con
la lengua y después se metió en la boca los testículos de Tom, succionándolos.
–Hmmm ¡PAPÁA, MAMÁA!- sus gritos eran casi inútiles, pues se ahogaban en la
almohada. Bill metió su pene de nuevo y comenzó a embestirle con fuerza.
- Ahh, Dime que te gusta, Tom… grita mi nombre otra vez…
- ¡MAMÁA!- le dio un manotazo en el trasero, molesto.
- El mío… no el de tu madre…- Tom tomó fuerza y se
levantó en sus brazos, girando la cabeza para mirar a Bill. -¿por qué lloras,
Tom?... hmm… ¿no te gusta?- Abrió los labios para tomar aire, y Bill metió su
lengua en ellos. –Te vas a correr por mí, ¿verdad?
- Déjame… Bill, por favor, me lastimas…hmm- Bill apretó
los testículos de Tom, tan fuerte, que le obligó a gritar. -¡AHHH!, ¡DÉJAME,
POR FAVOR!... ¡ME DUELE!
- Te encanta…
- ¡DÉJAME! HMM ¡DEJAME!
- ¡Dios mío!- Bill se movía sobre Tom, eyaculando
mientras gemía gravemente. Tom se revolvía y barreaba suplicando. Sacó el pene
de su hermano y lo obligó a estar bocarriba frente a él. –Es tu turno…
- Por favor…- Tom le miró a los ojos, esperando que ya no
le hiciera nada, pero Bill apretó el pene de Tom en sus manos un par de veces,
haciéndole contraer el estómago. –Hmm…- besó la punta de su pene, lamiéndolo
con lentitud para hacer que Tom se desesperara en el intento de correrse.
–Bill… te lo suplico…- el menor metió dos dedos en los labios de Tom y después,
los metió por su esfínter, masturbando mientras también penetraba con sus
dedos. –AHH…mmhh B-Bill…por favor.- le acarició los testículos y después bajó
para besarlos y lamerlos, mientras masturbaba con rapidez a Tom, hasta que
logró correrse, manchando el cabello de Bill. –mmhh- sacó los dedos de su
entrada y se alejó de Tom.
Miró que Tom lloraba y temblaba, mirándole con miedo; se
puso la ropa interior, y Bill le imitó, cubriéndose los labios, confundido. Se
acercó un poco a Tom, quien encogía sus rodillas hasta su pecho, abrazando su
cuerpo con dolor; Bill tocó a su hermano, tímido.
- Tom… perdóname…- el mayor lo miró a los ojos, aún
temblando; miró que Bill estaba completamente confundido, como si lo que
acababa de hacer no fuera algo que habría hecho nunca, como si algo hubiera
entrado en su cuerpo para hacerlo. –Yo… no llores, ¿sí?...
- Vete.- Bill asintió, y salió de la habitación sin decir
una palabra, sin atreverse a mirar a su hermano por última vez.
- ¿Qué dices?- Tom se rasco la nuca y asintió.
- Bill no está bien ahora, (tu nombre), no sé qué es
mejor para él.
- ¿Algo le pasó?- dijo preocupada, y Tom negó.
- No, él está estable, ¿entiendes?, sólo no sé si sea
bueno que esté contigo. Lo digo por tu bien.
- Tom, me estás preocupando; dime qué tiene, ¿está
enfermo?
- No, sólo ten cuidado con él, ¿sí?- se lamió los labios,
concentrándose en su perforación. –Si tiene comportamientos raros, aléjate de
él y llámame, ¿sí?- ella asintió, un poco más preocupada que antes.
- Eh, ¿qué hacen?- llegó Andreas, sonriendo.
- Platicando.- dijo ella, sonriendo igualmente. Andreas
se sentó con ellos, y a los pocos segundos, llegaron Gustav y Georg.
- La maestra nos retuvo unos minutos, ¿están listos para
irnos?- Tom se centró en sus pensamientos, mirando al pasto; no escuchaba a sus
amigos, pensaba más en cómo decirle a sus padres lo que había pasado; también
pensaba que era mejor callarlo, para así no lastimar más a su hermano o a (tu
nombre). Se sentía confundido y asustado, tanto, que quizá prefería callárselo
por algunos días, en lo que asimilaba lo que había pasada, en lo que terminaba
de comprender cómo era que sus padres no le habían escuchado gritar. –Tom… ¡eh,
Tom!- sacudió la cabeza y los miró.
- Mande.
- ¿Nos vamos?- él asintió y se levantó, caminando junto a
ellos, sin escucharlos realmente. – ¿Bill no viene?- al escuchar el nombre de
su hermano levantó la mirada, y miró a Georg.
- ¿Disculpa?- dijo con voz queda.
- Que si Bill no viene con nosotros.
- No, no… no.
- ¿Por qué no?, ¿han peleado?
- No es eso, es que… Bill me…sólo no viene…
- ¿Te sientes bien, amigo?- Tom asintió.
- ¡Sólo no quiero que Bill venga, ¿comprendes?! ¡No tiene
que venir!
- Sólo fue una pregunta, tranquilízate.
- ¡No!- y siguió caminando lentamente.
Caminaron hasta llegar al restaurante en donde comerían y
ahí estaban sentados, esperando a que llegara la comida que habían pedido. (Tu
nombre) se percató de que Tom estaba más metido en él mismo que con ellos y
decidió acercarse a él para hablar.
- Te ves terrible, ¿qué tienes, Tom?- él levantó la
mirada hacia sus ojos y negó.
- Nada, tengo sueño.
- ¿Es por Bill?
- No.
- ¿Quieres decirme algo, Tom?- él se lo pensó; quizá (tu
nombre) le comprendería y no le juzgaría, ni a Bill. Pero se acojonó un poco,
porque quizá no lo haría.
- No, no, de verdad está todo bien.
Tom llegó a la casa, su madre le dio un beso en la mejilla y él caminó al baño para
lavarse las manos; al salir se encontró con su hermano, que lo miraba con miedo
y arrepentimiento. No se atrevió a acercarse a él, sólo se conformó con mirarlo
caminar al comedor y sentarse junto a él. La madre puso los platos frente a sus
hijos y con una sonrisa, se sentó ella también.
- Su padre no podrá venir hoy.- los dos hijos asintieron.
-¿Cómo te fue en el colegio, Tom?
- Bien, gracias. Fuimos a comer con mis amigos.
- Oh, ¿entonces no tienes hambre?- Tom asintió.
- No he comido.
- ¿Por qué no?
- No me apeteció.
- Pues me alegra, porque hice tu postre favorito.- Tom
sonrió.
Después de comer, Tom se subió a su recámara y se echó en
la cama, pensativo, volviendo a plantearse las opciones que tenía para arreglar
lo pasado. Cuando Bill entró por la puerta y se quedó de pie frente a la cama,
mirando a su hermano.
- Tom… ¿me escuchas?
- ¿Qué quieres?- preguntó con voz queda.
- No sé porqué lo hice…yo, no quise hacerlo, de verdad…
- Lo hiciste.
- Pero no sé por qué…- las lágrimas en los ojos del menor
se presentaron, en su cara se veía el miedo y el arrepentimiento. Pero sobre
todo el miedo y el temblequeo en su cuerpo. –Yo no fui, Tom… lo juro… yo no fui…-
se echó a llorar, cubriéndose los ojos, y entonces, Tom se planteó otra posible
opción: Decirle a su madre que su hermano se encontraba extraño, y así ayudaba
a ambos.
O-O Mierdo! capítulo demasiado bueno, pero umm, pobre Tom :/ &&' (Tu Nombre) Y-Y ojala solo sea confusión de parte de Bill u-u &&' Tom le perdone e.é me gusto
ResponderEliminarSube pronto, cuídate, Chao..Chao!
O.O que Bill hizo que?! O.O mmmm Pobrecito Tom :$ Ojala & (tu nombre) lo entienda... T.T me encanto el capi! c: sube pronto, Cuidate!! :D
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