miércoles, 2 de enero de 2013

Un error


Bill despertó decidido a hablar con su hermano. Se sacó las cobijas del cuerpo y lentamente caminó hacia la habitación de su hermano, en donde estaba la puerta abierta y él, estaba aún dentro de la cama, con las cobijas hasta el cuello, suspirando levemente. Bill no quiso salir de la habitación, por lo que entró más al fondo de la misma y tomó lugar en los pies de la cama, y observó a Tom dormir, dispuesto a quedarse ahí hasta que despertara. Aún era temprano, las ocho en punto de la mañana, y sabía que Tom no despertaba a esas horas, pero aún así no quiso desistir.
Se quedaba dormido cuando su hermano se sentó y lo miró realmente confundido; Bill levantó la mirada y sonrió aliviado cuando lo miró despierto, y antes de que Tom pudiera emitir alguna palabra o sonido cuestionarte, Bill sonrió, y se acercó a él, dispuesto a hablarle, aunque le costara más bien un huevo tener que pararse con valentía.
- Quiero hablarte.- había roto el hielo, y aunque a Tom le costara estar frente a su ahora extraño hermano, se quedó en silencio, dejándole hablar. –No quise besarte… bueno, sí quise… emm…- se lamió los labios, nervioso. –No quise besarte sin tu consentimiento, perdón… no voy a hacerlo otra vez, ¿sí?
- Ajá.
- ¿Le vas a decir a papá y mamá?
- Tengo que hacerlo.- la cara de Bill se deformó.
- ¿Por qué?
- Porque no es normal.
- Perdón, yo no sabía que no podía hacerlo.
- ¿Te gusto Bill?
- ¿Eh?
- ¿Te parezco… de alguna forma apuesto?- Bill se quedó en silencio, sin entender demasiado las palabras del mayor.
- ¿Que si me gustas para darte besos? ¿Así como me dijiste con (tu nombre)?
- Exacto. ¿Te parezco una persona para darle besos?
- ¿Eres mi hermano o no?- Tom se lo pensó un poco, conocía a su hermano.
- Eso no importa, sólo dime.- Bill bajó la mirada nervioso, jugando con sus uñas; de pronto sintió su respiración agitada y el corazón golpeándole el pecho. –Bill.- el menor levantó la mirada a los ojos de su hermano.
- Sí.
- ¿Sí qué?- de nuevo se produjo el silencio.
- Creo que sí eres lindo para darte besos.- Bill sonrió, y por otra parte, Tom se sintió completamente preocupado por su hermano. -¿Y yo, Tom?
- ¿Tú qué?
- ¿Te parezco lindo para darnos besos?
- Vamos, Bill.
- ¿Qué?, ¿sí o no?
- Somos hermanos.
- ¿Te gusto o no?- dijo Bill, molesto.
- No, no me gustas.- el menor bajó la mirada, decepcionado.
- ¿Estoy muy feo, Tom?- el de rastas entornó los ojos, cansado de Bill.
- No, no eres feo, ¿sí?, sólo no me gustas, a mí me gustan las mujeres, también deberían gustarte.
- Está bien…- bajó la mirada. – ¿Puedo… puedo darte un beso por última vez?
- No.
- Uno chiquito, en la mejilla.
- Dale, pero después te vas y jamás vuelvas a pedir una cosa así, ¿bien?
- Bien.
- Promételo.
- Lo prometo.- Tom asintió, y se quedó ahí, viendo como su hermano menor se aproximaba a su cara, con los ojos bien abiertos. Le besó en los labios, abriendo los suyos ampliamente; le apretó las mejillas a Tom, obligándolo a entreabrir levemente sus labios, suficiente para que la lengua de Bill entrara y pequeños gemidos salieran de sus labios. Tom le tomó el pecho a Bill, obligándolo a separarse, pero Bill, con más fuerza, se pegó a su hermano y siguió besando sus labios; bajó su delgada mano a los pantalones de su hermano y con poca dificultad llegó a su entrepierna, tocándola desde la base a la punta, concentrándose en ella.
- Hmm…- Tom sacó un gemido inconsciente, aún luchando porque el menor lo dejara en paz. –B-Bill… aléjate…hmm, ¡quítate!- Bill volvió a los labios de Tom, mientras bajaba los pantalones del mayor y lo dejaba a su completa vista, para darle placer con más facilidad. Bill quitó sus pantalones y obligó a Tom a abrir sus labios.
- Métetela…- Tom negó, desesperado.
- Déjame…hmmm ahfgg…- metió su pene en la boca de Tom y comenzó a moverse con delicadeza, ahogando a su hermano.
- Abre las piernas, Tom…- lucharon un poco, Tom dándole patadas a Bill en el estómago para alejarlo, y Bill, abriéndole las piernas, hasta darle enterrarle las uñas en los muslos, y Tom perdió esa pequeña batalla. Bill se lamió los dedos hasta dejarlos completamente empapados y los metió por la entrada de su hermano.
- ¡Bill...hmm, duele Bill...! Mierda… dejamee, por favor…- el dolor hizo más débil a Tom, sin contar la excitación forzada y que estaba adormilado. Bill sacó los dedos y con delicadeza buscaba con su pene en la entrada de Tom, quien se revolvió con miedo y rasguño la cara de Bill para que le dejase en paz. -¡Déjame!... por favor, Bill…hmm- el menor encontró la entrada y metió su pene sin avisarle, abriéndole la entrada a Tom para tener más capacidad de entrar. La cara de Tom estaba roja por completo, incluso lloraba del dolor, y temblaba, por lo que se veía incapaz de hacerlo parar. –Hmmm…ahh… ahhh, Bill… por favor… ¡Bill!
- Ahh, ahh…- se movía con rapidez, acariciando a su hermano, concentrándose en los testículos y el pene, masajeando. Tom se tapo la cara, gimiendo y gritando con dolor. –D-dime si así no te gusto, Tom… ¿te gusta, no?...hmm…
- ¡Déjame, Bill! hmmm ¡BILL!... por…por favor…- tomó fuerzas, e intentó gritar fuerte para que sus padres le escucharan y le ayudaran. -¡AYÚDENMEEEE!
- No grites… mírame, Tom… mírame…- le impresionaba la fuerza que tenía su hermano menor, le impresionaba que se viera incapaz de moverse bajo su peso. Bill salió de su hermano, quien se sentó para huir, pero Bill lo puso bocabajo, aplastándole con todo su peso. –hmm- le abrió el trasero a su hermano y comenzó a lamer su entrada, y meter dos de sus dedos ahí. –Estás sangrando, Tom… sólo un poco…hmm…- al escuchar eso, Tom se revolvió con fuerza.
- Déjame… por favor, hermano…- penetró a su hermano con la lengua y después se metió en la boca los testículos de Tom, succionándolos. –Hmmm ¡PAPÁA, MAMÁA!- sus gritos eran casi inútiles, pues se ahogaban en la almohada. Bill metió su pene de nuevo y comenzó a embestirle con fuerza.
- Ahh, Dime que te gusta, Tom… grita mi nombre otra vez…
- ¡MAMÁA!- le dio un manotazo en el trasero, molesto.
- El mío… no el de tu madre…- Tom tomó fuerza y se levantó en sus brazos, girando la cabeza para mirar a Bill. -¿por qué lloras, Tom?... hmm… ¿no te gusta?- Abrió los labios para tomar aire, y Bill metió su lengua en ellos. –Te vas a correr por mí, ¿verdad?
- Déjame… Bill, por favor, me lastimas…hmm- Bill apretó los testículos de Tom, tan fuerte, que le obligó a gritar. -¡AHHH!, ¡DÉJAME, POR FAVOR!... ¡ME DUELE!
- Te encanta…
- ¡DÉJAME! HMM ¡DEJAME!
- ¡Dios mío!- Bill se movía sobre Tom, eyaculando mientras gemía gravemente. Tom se revolvía y barreaba suplicando. Sacó el pene de su hermano y lo obligó a estar bocarriba frente a él. –Es tu turno…
- Por favor…- Tom le miró a los ojos, esperando que ya no le hiciera nada, pero Bill apretó el pene de Tom en sus manos un par de veces, haciéndole contraer el estómago. –Hmm…- besó la punta de su pene, lamiéndolo con lentitud para hacer que Tom se desesperara en el intento de correrse. –Bill… te lo suplico…- el menor metió dos dedos en los labios de Tom y después, los metió por su esfínter, masturbando mientras también penetraba con sus dedos. –AHH…mmhh B-Bill…por favor.- le acarició los testículos y después bajó para besarlos y lamerlos, mientras masturbaba con rapidez a Tom, hasta que logró correrse, manchando el cabello de Bill. –mmhh- sacó los dedos de su entrada y se alejó de Tom.
Miró que Tom lloraba y temblaba, mirándole con miedo; se puso la ropa interior, y Bill le imitó, cubriéndose los labios, confundido. Se acercó un poco a Tom, quien encogía sus rodillas hasta su pecho, abrazando su cuerpo con dolor; Bill tocó a su hermano, tímido.
- Tom… perdóname…- el mayor lo miró a los ojos, aún temblando; miró que Bill estaba completamente confundido, como si lo que acababa de hacer no fuera algo que habría hecho nunca, como si algo hubiera entrado en su cuerpo para hacerlo. –Yo… no llores, ¿sí?...
- Vete.- Bill asintió, y salió de la habitación sin decir una palabra, sin atreverse a mirar a su hermano por última vez.


- ¿Qué dices?- Tom se rasco la nuca y asintió.
- Bill no está bien ahora, (tu nombre), no sé qué es mejor para él.
- ¿Algo le pasó?- dijo preocupada, y Tom negó.
- No, él está estable, ¿entiendes?, sólo no sé si sea bueno que esté contigo. Lo digo por tu bien.
- Tom, me estás preocupando; dime qué tiene, ¿está enfermo?
- No, sólo ten cuidado con él, ¿sí?- se lamió los labios, concentrándose en su perforación. –Si tiene comportamientos raros, aléjate de él y llámame, ¿sí?- ella asintió, un poco más preocupada que antes.
- Eh, ¿qué hacen?- llegó Andreas, sonriendo.
- Platicando.- dijo ella, sonriendo igualmente. Andreas se sentó con ellos, y a los pocos segundos, llegaron Gustav y Georg.
- La maestra nos retuvo unos minutos, ¿están listos para irnos?- Tom se centró en sus pensamientos, mirando al pasto; no escuchaba a sus amigos, pensaba más en cómo decirle a sus padres lo que había pasado; también pensaba que era mejor callarlo, para así no lastimar más a su hermano o a (tu nombre). Se sentía confundido y asustado, tanto, que quizá prefería callárselo por algunos días, en lo que asimilaba lo que había pasada, en lo que terminaba de comprender cómo era que sus padres no le habían escuchado gritar. –Tom… ¡eh, Tom!- sacudió la cabeza y los miró.
- Mande.
- ¿Nos vamos?- él asintió y se levantó, caminando junto a ellos, sin escucharlos realmente. – ¿Bill no viene?- al escuchar el nombre de su hermano levantó la mirada, y miró a Georg.
- ¿Disculpa?- dijo con voz queda.
- Que si Bill no viene con nosotros.
- No, no… no.
- ¿Por qué no?, ¿han peleado?
- No es eso, es que… Bill me…sólo no viene…
- ¿Te sientes bien, amigo?- Tom asintió.
- ¡Sólo no quiero que Bill venga, ¿comprendes?! ¡No tiene que venir!
- Sólo fue una pregunta, tranquilízate.
- ¡No!- y siguió caminando lentamente.
Caminaron hasta llegar al restaurante en donde comerían y ahí estaban sentados, esperando a que llegara la comida que habían pedido. (Tu nombre) se percató de que Tom estaba más metido en él mismo que con ellos y decidió acercarse a él para hablar.
- Te ves terrible, ¿qué tienes, Tom?- él levantó la mirada hacia sus ojos y negó.
- Nada, tengo sueño.
- ¿Es por Bill?
- No.
- ¿Quieres decirme algo, Tom?- él se lo pensó; quizá (tu nombre) le comprendería y no le juzgaría, ni a Bill. Pero se acojonó un poco, porque quizá no lo haría.
- No, no, de verdad está todo bien.


Tom llegó a la casa, su madre le dio un beso  en la mejilla y él caminó al baño para lavarse las manos; al salir se encontró con su hermano, que lo miraba con miedo y arrepentimiento. No se atrevió a acercarse a él, sólo se conformó con mirarlo caminar al comedor y sentarse junto a él. La madre puso los platos frente a sus hijos y con una sonrisa, se sentó ella también.
- Su padre no podrá venir hoy.- los dos hijos asintieron. -¿Cómo te fue en el colegio, Tom?
- Bien, gracias. Fuimos a comer con mis amigos.
- Oh, ¿entonces no tienes hambre?- Tom asintió.
- No he comido.
- ¿Por qué no?
- No me apeteció.
- Pues me alegra, porque hice tu postre favorito.- Tom sonrió.
Después de comer, Tom se subió a su recámara y se echó en la cama, pensativo, volviendo a plantearse las opciones que tenía para arreglar lo pasado. Cuando Bill entró por la puerta y se quedó de pie frente a la cama, mirando a su hermano.
- Tom… ¿me escuchas?
- ¿Qué quieres?- preguntó con voz queda.
- No sé porqué lo hice…yo, no quise hacerlo, de verdad…
- Lo hiciste.
- Pero no sé por qué…- las lágrimas en los ojos del menor se presentaron, en su cara se veía el miedo y el arrepentimiento. Pero sobre todo el miedo y el temblequeo en su cuerpo. –Yo no fui, Tom… lo juro… yo no fui…- se echó a llorar, cubriéndose los ojos, y entonces, Tom se planteó otra posible opción: Decirle a su madre que su hermano se encontraba extraño, y así ayudaba a ambos.


2 comentarios:

  1. O-O Mierdo! capítulo demasiado bueno, pero umm, pobre Tom :/ &&' (Tu Nombre) Y-Y ojala solo sea confusión de parte de Bill u-u &&' Tom le perdone e.é me gusto

    Sube pronto, cuídate, Chao..Chao!

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  2. O.O que Bill hizo que?! O.O mmmm Pobrecito Tom :$ Ojala & (tu nombre) lo entienda... T.T me encanto el capi! c: sube pronto, Cuidate!! :D

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