jueves, 27 de diciembre de 2012

Confusión


Tom y su hermano están sentados en la recámara del mayor; después de que sus dos amigos se fueron, Bill tenía muchas preguntas que hacerle, y Tom ya lo sabía, incluso estaba ansioso por escucharlo, pero Bill guardaba silencio indeciso, sentía mucha vergüenza al hablarle.
- ¿Qué te parecieron mis amigos? Molan ¿no?- Bill asintió. -¿Es que no sabes hablar o qué te pasa? Siempre estás tan callado, ¿te pasa algo?- el menor bajó la mirada, aún más tímido que antes y negó.
- Sí sé hablar.- le miró a los ojos.
- ¿Y entonces por qué nunca lo haces?
- Me gusta estar en silencio.- sonrió, y Tom ladeo la cabeza.
- Creía que venías a mi recámara para platicar conmigo.
- Bueno… sí, quiero preguntarte cómo se llama tu hermano el que está con (tu nombre) en la imagen.- Tom palideció y se rascó la nuca con nerviosismo.
- Se llama… William… sí, William.- Bill asintió y después miró a su hermano.
- ¿Y dónde está? Quiero verle.
- No se podrá, él… ya no vive aquí, ya sabes, está lejos, con los abuelos.
- ¿Tus abuelitos?
- Sí.
- ¿En dónde viven?
- Hamburgo.- el menor se quedó en silencio. -¿Te pusiste celoso de él, Bill?- preguntó Tom en tono burlón.
- ¿Celoso?
- Sí, te agrada (tu nombre) ¿no?
- Sí, me agrada.
- ¿Te gusta?, ¿quieres darle besos?- rió levemente, y Bill arrugó las cejas, confundido.
- No, no quiero darle besos.
- ¿no te parece linda?
- Nop.- Tom se puso serio completamente.
- ¿No?- el menor negó.
- ¿Tú sí quieres darle besos?- el de rastas no contestó si no después de unos segundos, pensando que no podía ser real lo que decía. -¿Tom?
- No, no quiero, pero… sí me parece linda, para ti.
- ¿Cómo que para mí?
- Creo que se te perforó la parte de razonar también.- dijo Tom riendo, y el pelinegro ladeo la cabeza.
- ¿Eh?
- Oh… quiero decir, a ti te gusta ella, ¡debe gustarte ella!
- ¿Por qué?
- No sé.- se quedaron en un silencio profundo, ninguno de los dos se miraba a la cara.
- ¿Simone no quiere a Bill, Tom?- el mayor levantó la mirada.
- ¿Por qué dices eso?
- Porque vive con tus abuelitos,  y tú vives con tus papás.- se quedó razonando sus propias palabras unos segundos, y después añadió. –O puede ser que se fue allá para estudiar.
- Eso deberías preguntárselo a tu madre.- Bill bajó la mirada, y comenzó a jugar con sus uñas, tímido, sin saber exactamente qué decirle.
- Bueno… no sé quién es mi mamá…- Tom se cubrió los labios, maldiciéndose a él mismo en su mente.
- Creía que ya considerabas a Simone como tu mamá.- Bill no dijo una palabra.


Dos días transcurridos. Le habían quitado el yeso y la venda a Bill, el doctor dijo que había tenido una recuperación perfecta. Tom tenía vacaciones de un par de semana, y ahora, Tom tenía una reunión con sus amigos, en la cual, le pidieron que Bill asistiera, aunque él, no estaba muy seguro de querer ir; aún era muy tímido incluso con jörg y Simone. Con Tom era distinto, pues pasaban todas las tardes juntos, aunque la timidez no se la podía quitar con nadie, a veces sentía diferente, y no porque lo tratasen como tal, pues no lo hacían, sino que lo sentía porque había cosas tan fáciles como escribir, que el no podía hacer correctamente, porque no sabía quién era o de donde venía, ni siquiera en las capacitaciones se sentía a gusto.

- ¿Entonces vas a ir con Tom o no?- le preguntó su madre, mirando a su hijo que tenía la mirada baja y jugaba con sus dedos.
- No sé… no conozco a nadie.
- Conoces a Andreas y  (tu nombre), y los otros son una pasada, te aseguro que te caerán perfecto.- Bill sonrió ante la afirmación de su madre, y después asintió.
- Bueno.- la madre sonrió.
- Me alegra. Entonces te esperamos abajo, baja cuando estés listo.
- Gracias, Simone.- su madre se puso seria de pronto, odiaba que su propio hijo la tratara como a una completa desconocida, le dolía.


En la casa de Georg, Bill estaba sentado en la sala, solo, completamente indiferente, pues se sentía apenado. Lo habían recibido bien, perfectamente para precisar; después de todo eran amigos, y le extrañaban a pesar de todo; pero Bill no se sentía a gusto, todos hablaban de las aventuras en el colegio, insultaban a sus profesores y Bill, ni siquiera sabía de qué hablaban todos.
(Tu nombre) vio una forma fácil de acercarse a él, y caminó lentamente a la sala, sentándose junto a él. Bill la miró, completamente confundido, pero ella sonrió amigablemente.
- ¿Por qué no estás con nosotros?
- No sé.- mintió.
- No te preocupes, a mí también me aburren sus charlas.- ambos rieron.
- En la casa de Tom hay una imagen tuya con su hermano William.
- ¿William?- Bill asintió.
- ¿Te gusta William?
- No.- sonrió.
- ¿Y Tom?
- ¿Tom?- Bill asintió.
- Ajám.
- No, no me gusta Tom.
- Oh…¿qué te pasa?- preguntó algo preocupado, por la mirada de (tu nombre).
- Nada, ¿por qué lo dices?
- Pues… no sé, te ves triste.
- Nada de eso, estoy bien.- Bill sólo asintió. – veo que eres muy tímido, eh.
- ¿Tímido?... ¿por qué?
- O quizá no tienes mucho que decir.- él bajó la mirada.
- Entonces prefiero eso.- sonrió tiernamente. –Simone me lleva a capacitaciones.- ella rió al saber que eso fue un cambio repentino.
- ¿De qué?
- No sé.- sonrió avergonzado. –Pero nadie me cae bien ahí.
- Eso no puede ser, ¿por qué?
- Hay señores y señoras y sólo hay alguien como yo.
- ¿Y por qué no le hablas?
- Pues…
- ¿Te da pena?- Bill negó, pero después de unos segundos asintió.
- Alguito.- ella sonrió.
- ¿Algún día irás a la escuela?- preguntó esperanzada.
- Simone me dijo que mi escuela eran mis capacitaciones.
- Oh…- Bill se quedó mirándola por unos largos segundos, analizando cada centímetro de su cara y sus manos, le parecía extraño, era como si nunca en su vida hubiera visto a una persona como ella, y se sentía fascinado, creía que ella era algo fuera de lo normal, algo incluso celestial, pero incluso él mismo borró esa posibilidad de su cabeza. A pesar de que no recordaba nada, tenía algo claro: nunca se enamoraría de algo tan superficial.
Gustav se acercó a ellos y Bill levantó la mirada para mirarlo, sintiéndose en menos de un minuto, completamente apenado; Gustav sonrió, pero Bill se hundió en sus hombros, a lo que su amigo se puso confundido y se acercó un poco más.
- Subiremos a la recámara, ¿quieren venir?
- Claro.- se levantó (tu nombre) del asiento y después, ambos miraron a Bill con seriedad.
- ¿Vienes?
- ¿Y Tom?- dijo algo asustado al no verlo en donde se encontraba antes, y Gustav sonrió.
- Está en la habitación, también subió con Georg y Andreas.- entonces se levantó del sofá rápidamente para subir con su hermano.
La habitación era muy grande, y desprendía un olor bastante agradable para Bill, quien miraba todo con ojo crítico, pero en realidad se sentía emocionado de conocer un lugar así. Pasó por enfrente de la televisión, y se percató de muchos retratos; miró de uno en uno, hasta parar en una donde salía él con Georg. Le costó un poco reconocerlo, pero tomó el retrato y se acercó a ellos, que estaban sentados en la cama de Georg.
- ¡Mira Tom, conoce a William! ¿De dónde lo conoces? ¿También es tu amigo?- le preguntó al de ojos verdes, quien serio, miró la fotografía y mordió sus labios, angustiado. -¡Es el hermano de Tom! ¿Sí es él, Tom? ¿Verdad que es él?- todos en la habitación guardaron silencio, dejando a Bill hundido en su propia vergüenza.  Guardaron silencio porque para ellos aún era impresionante que ni siquiera se reconociera a él mismo. Tom se acercó a él, y tomándolo por los hombros, le hizo salir de la habitación con él.
- Bill…- el menor levantó la mirada a los ojos del mayor y lamió sus labios.
- ¿Ese no era William o qué?
- Quizá sólo no deberías ponerte tan eufórico cuando hablas de él.
- ¿Por qué?- Tom se mordió los labios, pensándose alguna excusa perfecta para que Bill lo comprendiera.
- Es que…lo extrañan, supongo.
- ¿Le extrañan?- Tom asintió. -¿No les gusta que hable de él, Tom?
- Les gusta, pero… no sé, sólo no te pongas así.
- Tom, ya no quiero estar aquí… llámale a Simone…- bajó la mirada, se sentía tan apenado que lo que menos quería era estar cerca de todos ellos.
- Oh, vamos- le tomó la quijada a su hermano y lo obligó a que le mirase. -, ¿Es por lo que pasó?
- …No…
- Ellos no te dirán nada, enserio.
- No quiero quedarme más…
- Bueno, entonces ahora le llamo a mamá.- Tom se sacó el móvil de sus pantalones y llamó a su madre, mientras Bill miraba un cuadro extraño en el pasillo, hasta llegar a una puerta de madera, en donde se detuvo indeciso, pero al final regresó junto a su hermano. –Ya le llamé, dijo que vendrá, pero hay que entrar a la recámara mientras viene.- Bill negó. –Sí, vamos.- Tom le tomó la mano y entraron de nuevo ahí.
Las miradas de los cuatro se puso en Bill, quien apenado, tomaba un lugar en la alfombra, lejos de la cama, en donde estaban todos. Georg miró a Tom confundido, que con una miradilla, le dijo que todo estaba bien con él. Bill jugaba con los dobladillos de su pantalón, mirando a los amigos de su hermano, sintiéndose excluido de alguna forma.
- Bill, ¿quieres quedarte a dormir aquí?- preguntó Tom, haciendo la pregunta por Georg; él se apenó aún más cuando miró que todos le veían y escuchaban, pero ni siquiera eso le hacía quitarse la vergüenza que se tenía por lo pasado.
- Quiero ir con Simone y el señor, quiero irme, Tom…
- ¿El señor?- Bill asintió.
- El novio de Simone…- dijo bajando la mirada. Tom lo miró serio, y algo enfadado, no le podía entrar a la cabeza que Bill ni siquiera supiera que él era su padre.
- Bill, él es tu…- silenció sus propias palabras. –Se llama Jörg.
- ¿Jörg?-asintió; Bill se quedó pensándolo por unos segundos. –Quiero ir con ellos.
- Vamos a divertirnos aquí, Bill, te prometo que será divertido.- le dijo Georg.
- No… quiero irme…
- Vamos, Bill, no te pongas así sólo por lo de mi hermano.- dijo Tom.
- Me quiero ir, Tom… no quiero estar aquí… quiero volver a tu casa…
- Bien, entonces mamá vendrá por ti.
- ¿Vas a quedarte?
- Pues sí, yo sí quiero estar aquí, Bill.- el menor asintió y bajó la mirada. –No te molestes.
- No me molesté, Tom…


Simone había llegado, y pronto, Bill salió de la casa, siendo víctima de la mirada confundida de su madre. Tom le dijo que se quedaría y la madre le dio el permiso; tomó a Bill de los hombros y se metieron en el auto rápidamente. En el transcurro del viaje, el menor miró a su madre y preguntó.
- ¿Por qué William se fue a casa de los abuelitos de Tom?- Simone le miró.
- ¿William?
- El hermano de Tom.
- Emm… no lo sé, Bill, ¿por qué?
- Sólo preguntaba…- Simone se quedó seria el resto del viaje; estaba confundida y algo molesta con Tom por confundir a su hermano de esa forma.
Al llegar a la casa, Bill se subió a su habitación y durmió, pensando en su hermano. Simone, por la mañana, habló con los de la capacitación de Bill acerca de lo de “William”, quería cerciorarse de que hacía las cosas bien con su hijo; después de todo no quería que Bill viviera a costa de mentiras. Cuando cortó la llamada, subió las escaleras, dirigiendo sus pasos a la recámara de su hijo menor, quien aún dormía tranquilamente; se sentó un momento, observándolo, con el pecho apretujado al saber que una decisión, hizo que su vida cambiara completamente.


3 comentarios:

  1. u-u Oh ... no quiere a (tn)?'
    jaksjaksja No solo Bill esta confundido ._. también YO e.é Jaja' Okay! me gusta mucho *o* Okyá o.ó

    Espero el otro capítulo con ansias :D

    Cuídate, un abrazo, Chao ... Chao!

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  2. Pobre Bill awww! ese Tom lo dejo todo confundido
    bueno me encanta sube pronto
    y aprovecho te dejo mi nueva fic espero contar con tu apoyo
    http://findyourhappinessbk.blogspot.mx/
    bye cuidate

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  3. no habia podido comentar pero aqui estoy dando lata otra vez estoy un poco confundida e.e tqqmm

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